
Debido a las características particulares que tiene el spa y sus diferencias con las albercas, pensarás que tiene un funcionamiento más complicado, sin embargo, los sistemas de agua caliente de los spas son muy parecidos a los componentes de una piscina aunque cuentan con sus propias particularidades que te explicaremos a continuación.
Al igual que una alberca, los spas poseen un sistema de circulación que hace que el agua pase constantemente por los sistemas de filtración, desinfección y calefacción.
Sin embargo, en el caso de los spas, la velocidad del sistema de circulación tiene que ser más rápida por lo que se recomienda que la rotación del agua no dure más de 30 minutos. Además, es preferible que el sistema se encuentre trabajando las 24 horas del día. Esto se debe a que el agua de los spas corre el peligro de contaminarse más rápido a causa de factores como la temperatura del agua y al exceso de usuarios.
Los filtros para los spas son exactamente iguales que los usados en piscinas aunque requieren otro tipo de cuidados. Los filtros de arena de alta velocidad deben desengrasarse cada mes, por su parte los filtros de cartucho siempre deben de contar con un cartucho extra, mientras que los D.E. tienen que inspeccionarse mensualmente.
En lo que respecta a los calentadores, en el caso de los spas, se manejan temperaturas de entre 37 y 40 grados y se recomienda que los controles de calefacción estén lejos del alcance de los usuarios.
Los sistemas de agua caliente de los spas también incluyen otros elementos que las albercas no tienen, como impulsores de aire, bombas de hidroterapia que ofrecen masajes, relojes de control e interruptores de emergencia para evitar accidentes causados por estar mucho tiempo en el agua caliente.
En conclusión, el funcionamiento del equipo de un spa no es tan distinto al de una piscina, pero se deben conocer bien sus particularidades para poder darle el mantenimiento y cuidado que necesita.